La evaluación sensorial o organoléptica de un producto influye directamente en la decisión del consumidor de volver a comprarlo. Este tipo de análisis es fundamental para:
- Control de calidad: Asegura consistencia en sabor, textura, color y aroma.
- Determinación de vida útil: Evalúa cómo las condiciones de almacenamiento y embalaje afectan al producto.
- Perfiles de sabor: Identifica atributos sensoriales que impulsan las preferencias del consumidor.
- Detección de contaminación: Verifica si factores externos afectan negativamente al producto.